Por un idioma idóneo, usemos el sinónimo


El parlache, para el que no sepa, es un lenguaje derivado del español, donde se alteran unas de las palabras existentes, se les asigna nuevo significado o simplemente se crean unas nuevas, dando como resultado una jerigonza codificada donde una frase se puede componer de una seguidilla de términos desconocidos para los conocedores del idioma del que se deriva. Para algunos, para los puristas, el parlache es una ofensa al lenguaje, un hongo que va creciendo y va manchando el idioma, pero para mí ―y para otros cuántos―, el parlache es otra muestra de que el español no termina de complicarse, en este dialecto nacido en Medellín, veo la riqueza del idioma que nos impusieron los que conquistaron nuestra tierra (los españoles y la violencia).

Es común escuchar palabras del parlache en gente de todo tipo, sea una chinga o sea una cucha, ningún pirobo copia de nada para el involucre, ya porque tenga filo o porque está cogido, porque llegan los tombos y toca abrirse sin visaje o porque algún pasquín salió tumbado, no hay man o polla que no haga uso de una que otra palabreja de este peculiar dialecto. Cuando no se está al tanto de las nuevas expresiones que surgen de los jóvenes, es muy complicado comprender lo que hablan entre ellos, y de hecho, los orígenes del parlache se derivan de esa característica: el parlache tiene la intención de comunicarse mediante un código conocido por unos cuántos, en un principio para delinquir sin dejar evidencias, ahora lo hablamos todos sin querer queriendo.

También creo que, aunque el parlache es una rama que representa riqueza idiomática, trae consecuencias malas para el mismo, por el uso común de unas palabras se van dejando otras en el olvido, términos hermosos, sublimes a veces, capaces de describir con mayor exactitud y belleza lo que se quiere decir con una palabra que está en el vocabulario de todos. Porque amo el español, porque siempre lo he defendido a capa y espada, propongo una campaña para que recuperemos esos vocablos en desuso: por un idioma idóneo, usemos el sinónimo. Hagamos del español oficial un parlache, hagamos que nuestro mensaje sea comprendido solo por personas que conozcan el idioma que hablan.

Hagamos de un Ya vengo, voy a comer un En breve, retorno, me traslado a yantar, transformemos un No entiendo, volveme a explicar en un Mis capacidades cognoscitivas se encuentran en desventaja frente a la información que se le presenta, apelo a su gentileza para albergar de nuevo dichos datos; hablemos de pernoctar en vez de dormir, de plaustro en vez de carro o de desapacible en vez de cansón. Sé que cuento con varios de ustedes, sé que no voy a estar solo hablando como un loco atrapado en otro siglo, estoy seguro de que mi propuesta va a tener eco en varias personas. Y así me despido por esta jornada, mis perros, delegándoles este importante encargo, en nosotros queda el futuro de las palabras que reinaron otrora. Yo veré parceros, a parlar bien chimba pues, ¿sisas?

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El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.