Soluciones alternativas para candidatos sin alternativas


¿Está cansado de repetir jornada tras jornada las mismas promesas absurdas?, ¿le decepciona saber que los resultados de las encuestas no son los que pensaba?, ¿le preocupa que no logre quedar electo con esas simplezas que tiene que recitar?, ¿considera que a la democracia se le puede trabajar mejor?, ¿los métodos tradicionales para conseguir votos le quedan cortos?, ¿quiere aumentar el número de votantes sin tener que revolverse con ellos del todo?, ¿piensa que todavía hay mucha ética para explotar en la democracia?, ¿necesita asegurarse esa curul pero todavía tiene costra de la quemadura anterior?, ¿no le creen que no se compró ninguna vajilla?, lo que viene a continuación le puede interesar. En las siguientes líneas voy a darle algunas recomendaciones para encaminar su campaña hacia el éxito, se lo aseguro.

Primero, tengo que decirle que lo está haciendo mal. Hay errores comunes a la hora de ir de cacería de votos, hoy voy a tratar los dos más frecuentes: el primer error es querer entrarle a toda la gente, es tedioso, es fatigante, es caro y es muy poco efectivo; es como ir a pescar y querer todos los peces del mar, en este caso es mejor asegurarse los votos de una o dos minorías específicamente y llegar a casa con treinta bocachicos, ¿qué tal  dirigir su campaña hacia los enanos afrodescendientes, por ejemplo? El otro error que veo mucho es que no logran crear propuestas interesantes, se enfocan en necesidades del pequeñoburgués y dejan perder la tajada grande; en vez de mejorar el tráfico de las calles, mejorar el tráfico en las calles, quiero decir, de diez personas una tiene carro pero seis consumen drogas, hay que pensar en grande. No se ponga a proponer educación, cultura o progreso, ya sabemos que acá eso no le importa a casi nadie, lo que traduce en que casi nadie va a votar por usted, ofrezca vicio al pueblo vicioso.

Supongo que ya vio lo arriesgado que resulta comprar votos, pero, ¿qué otra elección hay?, ¿a parte de prometer construcciones, empleo y “puesticos”, a qué otras posibilidades se puede apelar? En algunos países de Europa, por ejemplo, el Estado dota de heroína y jeringa a los que dependen de la sustancia, semanalmente les da su dosis y todos quedan contentos; acá, se me ocurre, usted podría hacer algo parecido pero con los fumadores de tabaco, imagínese meterse al bolsillo a millones de personas con una propuesta tan prometedora; además la podría adornar con beneficios para la salud y el sector tabacalero del país e incluso a la labor científica y a los laboratorios dedicados a estudiar y a tratar el cáncer. Recuerde que el fin justifica los medios.

Usted conoce sus votantes y sabe que son una masa estúpida, entonces amásela: dele trago, todo el que pida; el día de las elecciones haga una sancochada gigante en su sede, invítelos, aliméntelos, quíteles el guayabo, vístalos con sus trapos estampados y llévelos a votar. Otra opción es ganar votos con los muertos pero no de la manera tradicional ―donde el occiso, sin saber y sin querer, es elector― sino aprovechándose del dolor de los vivos: ofrézcales servicios funerarios gratis o a precio de huevo, alíese con una empresa funeraria y haga el negocio más grande de su carrera, aproveche ahora que estamos en temporada de muertos ―piense en ofertas 2x1 o cajones de lujo para estratos 1, 2 y 3 del Sisbén―.

No pierda la confianza, le digo, todo puede ser posible si hace las cosas de la manera en que le acabo de indicar, son estrategias tan eficaces que de tantos votos que puede recibir va a levantar sospecha entre los candidatos envidiosos que reunieron la chichigua de siempre. Ni el tipo del segundo piso vial, ni el que promete Internet gratis para todos, ni siquiera el que quiere apuntarle a la cultura y a la educación le van a hacer competencia, sin mucho esfuerzo y con un poquito de inventiva extra, usted va a lograr lo que siempre ha querido: conseguir ese puestico público y mamar de la teta del Estado por los siglos de los siglos de los siglos. Amén.

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El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.