En caso de borrachera:


Cada ser cuenta con un organismo único que aunque puede coincidir en algunas funciones con otros cuerpos, por lo general tiene respuestas únicas cuando se estimula. Eso explica por qué yo no puedo tomarme un tinto después de que cae el sol porque no puedo dormir hasta que vuelva y salga pero mi señora madre no alcanza el sueño sin su dosis de cafeína nocturna; eso explica, también, por qué puede tener diarrea después de ingerir algún producto lácteo. Pero hoy no vengo a dirigirme a los intolerantes a la lactosa, para ellos ya hay leche deslactosada y sabe más rico, mi misión hoy es llegarle a los que tienen el mismo problema que llevo a cuestas, a los intolerantes al etanol, los que sufrimos cambios drásticos de personalidad cuando bebemos.

Hay varias clases de borrachos que se pueden encajar en dos tipos, los buenos borrachos y los malos borrachos. Los buenos borrachos son los que no son obstáculo para la diversión del momento y los malos borrachos son los que se encargan de cagarse en todo lo que estaba planeado. Si usted es un buen borracho no va a necesitar de mis consejos porque no tiene mayores problemas con beber, disfrutar y largarse a dormir; si por el contrario, usted es de esos que bebe y se enlaguna, de los que se levanta al otro día a revisar que nada falte, de los que han extraviado más de un teléfono móvil en las noches de juerga, de los que tiene descendencia sin querer queriendo y sin saber sabiendo, si usted es como yo, preste atención a los siguientes consejos.

En caso de borrachera, recuerde:

Duérmase. Es lo mejor que puede hacer, fíjese, estar dormido es casi como estar muerto y dormir la borrachera es equivalente a matarla. Tenga cuidado dónde y cómo lo hace: no es lo mismo despertar en un sofá a las cinco de la mañana que quedarse dormido en una piscina y no despertar. También fíjese en la posición que se acuesta, no querrá morirse ahogado con su propio vómito como cualquier rockstar.

Vomite. Si no puede matar la borrachera, deshágala. No sirve de mucho tomar café o comer alimentos callejeros repletos de grasa, tampoco mezclarle RedBull o empezar a trotar, lo que usted tiene que hacer es buscar un buen lugar y de la mejor manera, sacar todo eso que lo tiene haciendo estupideces. Al principio puede resultar una práctica dolorosa y repugnante, con el tiempo va a ver que no es tan difícil y además pierde peso.

Cállese. Si no pudo dormirse ni vomitar, quédese en su sitio y cállese. Es curioso que lo único que salga de la boca de un borracho sean estupideces, por lo menos yo cuando le he dedicado mucho rato a la ingesta de alcohol no soy capaz de decir otra cosa que no sean sandeces, sin gracia, fuera de contexto. Cuando vea que su lengua empieza a dormirse, coja la copa, siga bebiendo y cállese.

Váyase. Puede ser solo mentalmente, pero desaparezca. Es preferible entrar en estado de Piloto Automático a levantarse a dar lidia; si puede, apártese del grupo, mire un punto fijo lejano y concéntrese en nada, si está borracho le puede salir muy natural. Lo ideal es irse a casa, lo único malo es que ahí termina la noche para usted así empiece para los otros.

Entreténgase. Si no se puede alejar del gentío, entonces únaseles. Vaya hasta el grupo más prendido ―en ánimos, no en licor― y haga lo que ellos hacen. No importa si están haciendo ese tren tan bochornoso, recuerde que es lo único que tienen los abstemios para divertirse, no importa si están bailando, mejor, búsquese una pareja y comience a moverse. Es menos peor aparecer en fotos haciendo el ridículo en la pista que haciéndolo en el baño, solo.

Alíese. En todos los grupos de borrachos hay uno, por lo menos, que es buen borracho, úselo. Júntese con el que lo puede cuidar, asegúrese de tener un pajecillo, un escudero fiel que no lo deje cometer las estupideces que, le aseguro, puede cometer borracho. Escoja a alguien de confianza porque no lo esperan trabajos fáciles, lidiar con un borracho puede resultar tan molesto como lidiar con un político.

En caso de borrachera, evite:

Llamar. Se pueden contar con los dedos de una mano las veces que la llamada de un borracho es bien recibida, solo a un ebrio se le ocurre llamar en la madrugada y balbucear algunas barbaridades.

Mensajear. Es como llamar pero más peligroso. La llamada es efímera y generalmente nadie la graba, el mensaje de texto perdura con el tiempo y puede llegar a ser prueba irrefutable del estado etílico de quien lo manda.

Conducir. No falta el pendejo.

Llorar. Las lágrimas de un borracho por lo general causan risa en vez de lástima.

Fornicar. Recuerde que en ese momento no tiene control sobre casi nada, o mejor dicho, no tiene casi nada de control sobre algo, lo máximo que está capacitado para hacer es identificar lo que quiere, de ahí para adelante todo depende del azar.

Beber. Ya está borracho, logró su cometido, ¿para qué sigue bebiendo? Mientras más beba más guayabo lo ataca, mientras más bebe más vomita, mientras más bebe más se emborracha.

Se lo digo yo, que he sido tan mal borracho. Desde que tengo recuerdos he dejado de tener recuerdos después de muchas noches de copas, luego de haber ingerido muchos centímetros cúbicos de etanol y por eso he aprendido a tratar a mi Mr. Hyde, al tipo que sostiene el volante mientras yo estoy ocupado asesinando neuronas. De todo corazón, espero que le haya servido y le vaya a servir mucho lo que acabé de aconsejarle, yo lo he venido aplicando y me ha funcionado de maravilla, el hecho de ser intolerante al alcohol y de carecer de Caja Negra no puede ser excusa para dejar de beber, nada puede ser excusa para dejar de beber. Así se despide este borracho, que de ser tan malo, se ha vuelto bueno.

No hay comentarios:

El Sujeto

Mi foto
Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.