Otra entrevista con El Sujeto. Parte I.


De ocupación en ocupación se va pasando el tiempo y, de no ser por la fanaticada que estaba pendiente de vez en cuando, no me habría dado cuenta de la ausencia de El Sujeto. Como cosa mía lo intenté ubicar para saludarlo y saber cómo estaba; lo ubiqué de milagro porque nadie daba razón del hombre, había cambiado de domicilio sin decir nada y ningún allegado me pudo dar razón de él, al final le mandé un correo electrónico y a los cinco minutos estábamos escuchándonos las voces. Me invitó a su nueva casa, yo no le dije que lo iba a entrevistar y menos que iba a grabar el audio de la entrevista, de todas formas se había mostrado amable conmigo y yo sabía que no se podía negar. Llegué, toqué la puerta y me recibió sonriente. Me pidió el favor, con su mano en mi hombro, de que no mirara mucho y no tocara nada, yo le hice caso. Me ofreció un café y nos sentamos en el balcón. Sacó una pipa de barro y empezó a bombear.

PARTE I: La Resurrección.

Andrés Flórez (AF): Sujeto, ¿por qué nos has abandonado?
El Sujeto (ES): Nunca, siempre los pienso y me toco rico.

AF: ¿Dónde estuvo metido El Sujeto todo este tiempo?
ES: Tampoco exagere, fueron unos meses, tres o cuatro. Estuve escribiendo pero para poder cobrarles después. Me cansé de comer elogios.

AF: Entonces, ¿vamos a poder leerlo dónde?, ¿alguna revista, escribiendo en algún periódico?
ES: El año pasado terminé de escribir la primera novelita y me dio por confeccionar un libro de cuentos con unos tantos que tenía y me gustaban bastante. Los mandé a concursar y si ganan, me los publican gratis. Si no, se los voy a cobrar bien caro.

AF: ¿De qué se tratan?, adelántenos algo, si puede.
ES: ¿Me está retando? —increpó.
AF: No, solo quiero que…sí. Lo reto. ¿No es capaz?, ¿le queda tan grande?
ES: Apunte: Doce cuentos para griles es la novela, y Dios está en todas partes es la colección de cuentos. La novela es totalmente desconocida por los lectores del blog, los cuentos, de pronto no.

AF: ¿Y tiene esperanzas de ganar?
ES: ¿Ganar qué?
AF: De ganar el concurso, de que elijan sus obras para publicarlas y, me imagino, para que le den su remuneración económica.
ES: No, yo envié los libros para que los jueces tuvieran el placer de leerme gratis. Solo por un error grave elegirían mis obras, son demasiado buenas como para ganar.

AF: ¿Y ahora?, ¿qué tiene planeado hacer después de haber terminado sus libros?
ES: Seguir con la próxima novela. Ya tengo el argumento principal, los personajes y el contexto; ahora estoy recopilando algunos datos que necesito para dedicarme a la escritura de lleno. Y mientras estoy trabajando en la novela voy a ir publicando en el blog, este espacio es imposible dejarlo quieto por mucho tiempo, es como un hijo, un hijo único y con síndrome de down, pero que tiene un papá soltero y drogadicto.

AF: ¿Se volvió novelista?, ¿está perfilándose como novelista novel?
ES: ¡A por el Nobel! Y no, yo no sé por qué me están persiguiendo tantas novelas, lo mío es el relato. Mientras más corto, mejor. Espero escribir varias cosas, incluso manuales y guías, como me gusta, pero más extensos; tal vez cursos, con audiolibros, con cartilla y toda la cosa, quién sabe.

AF: ¿Y para el blog?, ¿no vuelve a “escribir por elogios”?
ES: Claro, este año he publicado un par de veces y hace poco estrenamos carcasa. Entre y verá, le bajamos al tonito, se puede decir que, de alguna manera, se hace más agradable la lectura. Aunque todos sabemos que a casi nadie le agrada —concluyó en voz baja.

AF: Entonces, ¿podemos decir que volvió El Sujeto con sus cavilaciones?
ES: Podemos decir —afirmó echando una bola de humo espeso.

AF: ¿Algún mensaje que quiera enviarle a sus lectores?, aproveche para saludar a la fanaticada.
ES: ¡Hola, lectores!, les envío un saludo. Recuerden que cada que se masturban, Jesucristo los está espiando con lágrimas de sangre en los ojos.

En ese instante, El Sujeto se levantó de la banca y con el pretexto de ir a rellenar la pipa de barro, se echó una siesta en un sillón. Yo me quedé observando la fauna local y con gusto, esperé hasta que se levantó, cincuenta minutos después, dispuesto a darnos la segunda parte, que la voy a estar publicando los próximos días y, que, como siempre, no se la pueden perder.

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El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.