Negocios son negocios

¡Las cosas de la vida, hombre! El mismísimo Augusto Colorado me acaba de llamar a invitarme a su casa. ¡No me las creo! Tan joven y ya consiguió casa. Yo tengo ticinco y ¿cuál casa, por Dios? Ni apartamento. ¡Ni pieza! Me toca compartirla con mi esposa. No tengo nada y el Colorado ya con casa. Pero bien por él, ha sido muy sufrido en la vida. O al menos hasta que nos graduamos, pues, porque quién sabe qué será del hombre…es de esas personas que uno nunca olvida así hayan convivido pocos meses. ¡Y no es que hayamos sido Los Grandes Amigos!, no, a duras penas nos saludábamos…yo creo que yo le caía mal, pero él a mi no, tenía una forma de ser muy agradable, quién sabe qué le pasaba conmigo, me va a tocar preguntarle ahora que nos veamos.

Siempre que pasa algún accidente en mi presencia me acuerdo de Colorado. Un día el profesor de sociales se desplomó de culos sobre su escritorio y mientras todos reíamos, él, Colorado, Colocho, Cocacolo, Rojo…sólo él se dejó de reír y fue hasta donde estaba caído el viejito, le revisó la respiración y salió corriendo a llamar a la enfermera. ¡Un héroe, Colorado! ¡Gracias a su hazaña todo el curso pudo ganar sociales! Mientras él, el sapo, se ausentaba en busca de ayuda, nosotros cambiamos la planilla de las notas… ¡grande, Augusto! Todos lo queríamos mucho, los muchachos y yo, las muchachas, el grupito de nerds, incluso el par de maricas que se mantenían juntos y no le hablaban a nadie, hasta ellos le hablaban. El último recuerdo que tengo de Colorado es muy triste, ese día se fue del colegio, no alcanzó a graduarse con nosotros. Pero es comprensible…por accidente, perdió la vista en un ojo y tiene media cara cicatrizada. Horrible recordar eso. Mejor me baño para llegarle temprano.

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― ¿Y ese parche no te incomoda?

― Para nada Chechín, uno se acostumbra y ya ni lo siente después.

― Hombre, verraco eso que te pasó. Nosotros queríamos que te graduaras con nosotros…

― ¡Que va, maricón!, ¿no fuiste vos el que me echó el ácido en clase de química en la cara y eras cagado de la risa?

― Sí…pero no nos acordemos de cosas malucas…mejor, contame, ¿estás dando culo o estás de mandarinero?

― ¿Cómo así, marica?, explicate…

― Sí, mirá, dizque tomando whisky en dizque copas de cristal dizque templado, con un dizque televisor dizque de plasma dizque de muchas pulgadas, con dizque sonido dizque envolvente, en una dizque mansión… ¿estás dando culo o estás de mandarinero?

― Ni lo uno ni lo otro…pero, ¿los mandarineros ganan mucho, o qué?

― Los que venden mandarinas no…los que mandan harina, sí…

― ¡Bobo, hijueputa!...nada, Chechín, si te contara…

― Si me contaras, sabría. Contame, pues…

― No, es que te vas a reír. Es una cosa rarísima, pero te adelanto, no es con drogas, hermano…

― Mejor llename el vasito y empezá, despacio. No hay afán…estos silloncitos son caros pero ¡qué comodidad!, te sabés dar tus lujos, Colo…

― Mirá, Che, estoy haciendo porno…no, no te riás que es en serio.

― ¡Ja!, con esa barriga tuya, no quisiera saber el título de las películas…¿ ‘Mondongo ardiente’?, o, ¿es porno para zoofílicos?

― No, no hay cámaras, no son películas, hermano. Ni soy yo el que se empelota…son shows. Hago espectáculos, soy manager y dueño de un grupo de desnudistas, Chechín.

― ¿Y dónde está lo raro?

― Se desnudan y si pagás más, pues, te fabrican el amor…y tienen mucha experiencia, hermano. Te las recomiendo ―terminó con una carcajada. Al mejor estilo de los 70’s.

― No, yo no la voy con las putas, Colochín…

― Tampoco creo que te guste ninguna de mi grupo, esperate te muestro el catálogo…

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G-old Ladies es un colectivo de artistas, mujeres latinas (en su mayoría colombianas, venezolanas y cubanas) de la tercera edad, dedicadas a la organización y realización de shows de baile y canto, con servicios extras tan diversos que van desde la venta de licor hasta el acompañamiento sexual (recomendado por la casa, es la especialidad de las G-old Ladies). Con cubrimiento a nivel mundial, tarifas para todos los bolsillos y facilidad de pago. Visítenos en Internet: www.GrannyOldLadies.com. Infórmese sobre tarifas, servicios, descuentos, y si desea unirse, mire el formulario.

A continuación, podrá ver algunas de las modelos con las que contamos:

Nombre: Hot Stellita.

Edad: 77.

País: Colombia.

Así se describe: “Soy tierna, desvergonzada, sexy y me muevo como la Bardot

Medidas: 140 – 94 – 192.

Precio: 900€ noche.

…”

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― ¿Y a vos cómo se te ocurre que estas viejitas te van a dar plata?

― Jajaja, Chechín, pues sí. Si vieras la cantidad de pervertidos que hay en este mundo, hermano…

― ¡Ah!, hay de todo, eso es cierto…pero, ¿cómo llegaste a eso?

― ¿Te acordás de Adriana?, pues cómo no te vas a acordar…

― Si, ya sé que me la comí cuando era tu novia, pero creeme que me arrepiento, Colo, creeme…

― Bueno, pues, ojalá y no hayás sido vos el que le enseñó esas cosas, hombre…¿ella no te hizo nada raro?

― ¡Pero nada!...bueno, claro que me intentó meter dos dedos por el culo, pero yo no me dejé…¿qué te hizo a vos, pues?

― Hombre…esa nena tenía unas costumbres raras en la cama, tenía bolas chinas, bolas rusas, vibradores de todos los tamaños, oís, TODOS, y lo peor es que le encantaba que se los metiera por todos los huecos…en fin, las últimas veces se tomaba un tarro de laxante y me decía que la cogiera por el culo mientras le salía diarrea…y yo no podía con eso, hermano. Al final, me dejó por un man que sí le seguía el jueguito…

― Ve, ¿ésta es tu abuelita?

― ¡Imaginate!, doña Esmeraldita está en mi negocio…es más, ella es la que más niñas me ha traído…como se mantiene yendo a clases de croché y esas cosas, pues allá me colabora con publicidad…

― ¿Y por qué en Euros?

― Che, en Europa hay mucho dañado. Y en Gringolandia también. Pero es mejor cobrar en Euros, menos billetes.

― Pues ojalá te siga yendo bien con el negocio…me saludás a Doña Esme, ¡tan joven que se ve acá en la foto!

― Photoshop, pendejo…pero listo, yo la saludo. ¿Te vas?

― Sí, tengo que ir por mi mujer…

― Bueno, me la saludás, y tomá, este pase es para que vayás el viernes al bar donde voy a estar vendiendo el show…resultó un grupo de políticos interesados en el espectáculo y alquiló esa discoteca que dice ahí, decís que te dejen pasar directo al palco, ahí voy a estar esperándote para que nos tomemos los whiskys.

― Lo dudo, viejo Colo, no quiero ver eso…en serio, soy de estómago sensible…

― Pues no lo mirás y ya, la idea es que bebamos, hombre…

― Si algo, te marco, Colo. Yo me voy o me cortan los servicios.

¡Grande, Colo! ¡Siempre salvando el parche!...¡no se alcanza a imaginar lo feliz que me hace hoy que no me tengo que conformar con verlas por Internet!

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El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.