Entrevista con El Sujeto. Parte I.

Ya eran muchos meses de convivencia para no haber tenido una conversación. Hace algo más de un año empezamos a toparnos por ahí, con frecuencia, a ratos lo veía aparecer, luego se iba. Yo ya estaba acostumbrado a él y espero que él a mí, pero nunca se había dado la oportunidad de conocernos, no habíamos estado ambos bajo el mismo techo, tampoco cruzábamos ni una sola palabra, pero no es porque no nos lleváramos bien, teníamos una que otra diferencia de pensamiento pero confieso que siempre había tenido curiosidad de ver quién era el tal Sujeto.

Esa noche tuve la oportunidad de conocerlo. Le envié un mensaje pidiéndole que nos reuniéramos, que nos fumáramos alguna cosita y charláramos para saber un poco de él, que me contara a mí y a los lectores de Cavilaciones algunas cosas que, con todo respeto, nos gustaría conocer: para ser más preciso, le pedí una entrevista. Yo nunca había entrevistado a nadie, y por lo que me respondió dos días después, él tampoco había asistido a la primera, entonces nos ponía en el mismo sitio, estábamos a mano en lo primerizos…pero eso no quiere decir que el encuentro no haya resultado productivo. 

La cita era en mi pieza, a las nueve de la noche. Cuando llegó, yo estaba por pensar que me iba a incumplir, pero se excusó con tanta maña que me sentí culpable por haberlo juzgado antes. Le ofrecí algo de tomar y mencionó tres cervezas. Me pidió permiso para prender un cigarrillo, me dio uno y empezó a fumar ―aclaro que empezó y no había terminado cuando se fue―. Le traje las cervezas y empezó con la primera de una vez. Era tal y como me lo había imaginado, con esa barba crespa y despeinada, con gafas de sol ―bajo el sol de las diez de la noche―, audífonos puestos y, al parecer, algo despistado. Miraba con insistencia la cerveza que tenía en la mano, como rogándole para que no se acabara. Yo entendí que ya era hora de prender la grabadora. Así se dio inicio a la entrevista con El Sujeto, que clasifiqué por tandas temáticas y que iré publicando de a una por vez.

PARTE I: Un paneo en plano general.

Andrés Flórez (AF): Empecemos por el principio: ¿quién es El Sujeto que cavila?
El Sujeto (ES): Yo, mucho gusto ―se levantó de la silla y me dio la mano―.

AF: ¿Por qué nace El Sujeto?
ES: Por cobardía. Hay alguien ―resaltó el ‘alguien’ con la voz más fuerte, seguida de un carraspeo de la garganta― que no quiere dar la cara por lo que escribe y como yo no me mando solo, me toca poner el nombre. De todas formas he venido tomándome confianza y, últimamente, he tenido la libertad de expresarme como me ha placido.

AF: ¿Y por qué El Sujeto y no, por ejemplo, Un Individuo?
ES: Porque estoy sujeto, ya dije que no me mando solo. No solo me toca hacer lo que otro quiera que haga sino que también me toca complacerme lo que yo mismo me pido…yo existo porque estoy sujeto, soy Sujeto porque existo.

AF: Descríbase con tres adjetivos.
ES: Mentiroso, despreciable y holgazán. Pendenciero, oportunista y malicioso. Rico, hermoso y amigable. Metrosexual, sexista y malnacido. Desagradecido, envidioso y malpensado. Drogadicto, violador y drogadicto. Talentoso, prestigioso y sensacional. Loco, desgraciado y amargado. Irracional, inteligente y codicioso. Multifacético, irónico y humilde. Bobo, grande y acabarropa… ―se dio dos caladas de una pipa, que yo interpreté como un respiro― Básicamente esos tres…

AF: Mencione algo ind…―El Sujeto interrumpió―
ES: Indeciso. Me faltó mencionar indeciso… ―dudó unos segundos, para luego agregar algo más― mentiras, no, no soy indeciso. O algunas veces…pero, siga, siga, por favor…
AF: Gracias. Le decía, que por favor mencione algo indispensable en su mundo ideal.
ES: ¡El fuego! ―sentenció―
AF: ¿Podría ser más preciso?, mencione un objeto indispensable.
ES: Una candela. Desechable, de gas. De las chinas, Tokai.

AF: Cuénteme tres cosas que haya deseado hacer o tener, y no haya podido.
ES: Siempre he querido reunir las Esferas del Dragón, hablar con Dios y montar en el Papamóvil.

AF: Ya que habló de Dios, cuénteme de su relación con él.
ES: ¿Con quién?
AF: Con Dios.
ES: ¿Con quién? ―repitió la pregunta riéndose―

AF: ¿Profesa alguna religión o hace parte de algún culto?
ES: Soy ateísta ortodoxo pero no hago parte de ninguna comunidad, yo solito, sagradamente, todos los días, me cago en la fe de la gente.

AF: ¿A qué persona, viva o muerta, admira?, ¿por qué la admira?
ES: Albert Einstein, porque nunca estuvo contento con lo que sabía.

AF: Si tuviera la posibilidad de tener un poder de cualquier superhéroe, ¿cuál elegiría?
ES: Convertir el agua en vino.

AF: ¿Qué opina de los animales?, en general.
ES: Opino que, en general, saben muy rico asados.

AF: ¿No le importa ofender a alguna persona que no coma animales?
ES: No, porque no estoy ofendiendo a ninguna persona, me importa, y mucho, que algún animal se sienta ofendido y, si eso llegara a pasar, ojalá me lo comunicara.

AF: Si tuviera la oportunidad de que toda la juventud del planeta estuviera reunida escuchándolo, ¿qué les diría?
ES: Que sigan así, llegar a viejo no tiene gracia.

AF: ¿Cuál cree que es el peor problema que tiene el mundo actual?
ES: Los humanos.

AF: ¿Podría ser más específico?, ¿qué humanos?
ES: Bueno, siendo justo con algunos, el problema solo son los humanos que respiran.

AF: ¿Qué sería lo primero que haría, suponiendo que quedó electo como Presidente de Colombia?
ES: Renunciar.

AF: ¿Y si no pudiera renunciar, qué haría?
ES: Dimitir.

AF: ¿Cuál es el invento más dañino que ha creado el hombre?
ES: Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

AF: ¿Cuál es el que más beneficios le ha traído al mundo?
ES: La masturbación.

Acá, El Sujeto me pidió prestado el baño. Eso me dio tiempo para alistar la segunda ronda de preguntas que tenía preparadas. Segunda tanda que no se pueden perder en la próxima oportunidad.

No hay comentarios:

El Sujeto

Mi foto
Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.