Tips de colombianidad para extranjeros

La historia de la fundación de estas tierras que ahora poblamos nos relata muchas situaciones de extranjeros que llegaron atraídos por alguna de sus maravillas y decidieron quedarse, o por lo menos, volver. Colombia siempre ha sido un país turístico, sobre todo desde que se consagró como líder en producción y exportación de cocaína y mariguana por allá en los ochentas, de todo el mundo llegan personas a conocer esta joya mágica que tiene el sur de América. No es raro ver unos cuantos rubios perdidos en alguna iglesia o en alguna plaza, con una cámara en la mano y hablando estupideces en otro idioma, en cualquier ciudad.

Meses atrás me di a la tarea de redactar un decálogo para extranjeros en Colombia para un amigo que iba a venir a visitar el país, pero ahora que ha pasado tiempo y vuelvo a revisarlo, creo que se queda corto para las complicaciones que pueden surgirle a un ser extraño en estas montañas. Se avecina un mundial en Colombia y eso quiere decir, en general, que muchas personas de muchos países van a venir a hospedarse, al menos, en las principales ciudades. Digo ‘en general’ porque eso es lo que piensan en el exterior, acá la lógica funciona diferente; el mundial en Colombia significa que va a haber trabajo: formal e informal, legal e ilegal.

Tómese como consejos, como tips, como cápsulas didácticas; como una segunda parte del decálogo, esta vez actualizado en contexto, en situaciones, algo más explícito pero a la vez más general. Si usted es colombiano (residiendo en Colombia) va a considerar  obvios o estúpidos algunos puntos, pero si usted es extranjero y planea quedarse algún tiempo en el país, tome nota, analice cada paso, practique a solas frente al espejo y considere valioso este documento, le aseguro que le va a servir.

Consiga un aborigen de confianza. Teniendo a un nativo a su favor, puede estar seguro por lo menos mientras está con él. No lo compre con espejuelos o figurillas brillantes, ofrézcale algo de su moneda extranjera, si puede regálele un artefacto electrónico barato, una camiseta que no use o licor; a los locales se les adiestra con relativa facilidad. No es fácil reconocer una persona amable, recurra a hostales de estudiantes, allá generalmente hay buena comida también.

No vista prendas de tiendas de recuerdos. La camiseta de “I Love Cartagena” no le da la inmunidad que usted cree que tiene. Los locales no lo van a respetar porque usted muestre cariño con el país que visita, y, por el contrario, mientras más afecto demuestre, más recuerdos le van a querer vender. Lea bien, querer vender. Se lo venden por que se lo venden, es una batalla perdida. Si va a comprar recuerdos de su viaje, úselos en su país, acá ese acto no es apreciado de la manera que usted espera.

No se emborrache en público. ¿Cómo venir a Colombia y no saber a qué sabe el guayabo colombiano?, con la variedad de tragos exóticos de fabricación artesanal que tiene el país usted no se puede descuidar y menos en público. Si se embriaga, baja la guardia y con seguridad se aprovechan de su estado. Si piensa excederse, hágalo a solas o con su aborigen de confianza pero recuerde que la resistencia al Absolut o al Something Special no le va a valer de nada contra la chicha, el chirrinchi o el aguardiente.

No salga con más de cuarenta mil pesos. Con esa cantidad, el colombiano promedio asiste día a día a reuniones sociales, conciertos, partidos de fútbol o sale los fines de semana. Son ciudades pequeñas donde el transporte público es barato, la comida callejera es barata, el licor es barato, y en fin, es un país barato. Cuando los locales vean que sus recursos son tan ínfimos como los de ellos, el peligro de robo se reducirá notablemente.

Imite. Este consejo es complicado porque cada persona se puede ajustar a una región específica, entonces es general y variado: si usted es de tez blanca y lleva ligeramente ruborizadas las mejillas puede aparentar ser de Santuario (aprenda a pronunciarlo con el seseo marcado tradicional de Antioquia), si es afrodescendiente tiene la opción de decir que viene de Quibdó (ignore la letra b cuando lo diga), si tiene rasgos indios perfectamente puede ser de La Guajira (sea que venga de La India o sea que tenga sangre indígena) y si tiene ojos rasgados y piel amarillenta simplemente diga que tiene “un lestaulante”. Asegúrese de asesorarse bien a la hora de los acentos y de la vestimenta, pasar desapercibido es difícil pero tiene muchas ventajas. Para su comodidad, voy a estar asesorando gratuitamente varias semanas, mande su foto de cuerpo completo para indicarle personalmente qué región puede empezar a estudiar.

No se levante cuando escuche el himno nacional. ¿Se ha preguntado por qué suena el himno local en las emisoras y nadie lo canta?, es posible que en su país se detengan algunas actividades diariamente para entonar el himno, acá no. Cuando lo escuche en la radio, cambie la emisora hasta que encuentre una donde no esté sonando, si es en televisión haga lo mismo, pero en televisión nunca pasa. Es difícil explicar el porqué de este comportamiento, sólo hágalo. Acá los símbolos patrios sólo tienen validez cuando juega la Selección Colombia.

Aprehenda léxico. No solo tenga una listilla con algunas palabras extrañas del país que visita, recuerde que el idioma que hablamos en Colombia es muy rico y tiene unas expresiones que usted debe tener en cuenta a la hora de vivir acá. Por ejemplo si le dicen que coma callado, se refieren a que no puede hablar de y no a ingerir alimentos en silencio. Cuando le digan el precio de algún artículo que desee adquirir, sin importar lo barato que le parezca, pregunte ¿y cuánto es lo menos?, esto automáticamente le dará inicio a una pugna con la otra parte donde, si usted es persistente, recibe un descuento (una variación es ¿y a mí en cuánto me lo deja?). Si escucha que alguien está mamado no se alarme ni sienta envidia, sólo es cansancio. Golear no siempre se utiliza hablando de fútbol, golear significa robar y acá robamos en cualquier situación.

No coma en restaurantes. Mi recomendación es buscar comida local en puestos cercanos a su lugar de residencia o en el mismo lugar de residencia. Resulta que en los países tercermundistas abunda la mendicidad y los focos de mendicidad a veces coinciden con las zonas rosas, donde están los restaurantes más concurridos. Ir a comer, entonces, resulta en una travesía donde, si tiene buenas intenciones, se queda sin sencillo. Los restaurantes caseros son opciones alternativas muy buenas, desayunos, almuerzos y platos en general, ricos, abundantes, baratos y sin tanta gente molesta al rededor. También sin mendigos.

No use sandalias con medias blancas. Se dice país tropical pero es pseudo-tropicaloide, el clima varía según el genio del fenómeno que esté de moda en la región y cuando estamos en verano podemos entrar en un invierno temporal que desboca en un verano temporal que deja llegar el cierre del invierno temporal y da paso al verano. El ciclo se repite sobre todo en las regiones donde casi no llueve. Acostúmbrese a llevar tenis, las zapatillas deportivas son todo terreno. También, si puede, cargue bloqueador solar y paraguas.

En caso de emergencia, corra. No se le ocurra llamar a la línea gratuita 123 (la equivalente al 911 en Estados Unidos), con los problemas que tenemos acá y por su acento, pueden pensar que se trata de otro borracho que necesita con urgencia que le lleven más trago. Le sirve más tener unas piernas largas y un físico adecuado; es mejor prepararse para correr, nunca sabe uno cuándo pueda necesitarlo.

Socialice. No se puede quedar encerrado por miedo, ¡no!, salga, conozca a los nativos. En su país puede que los lugares sociales sean los parques o los teatros o los supermercados, pero acá en Colombia cambian los lugares para llevar ese fin. Una piscina pública puede ser el lugar perfecto para encontrar amistades…y hongos. A las afueras de los aeropuertos por lo general se reúne un grupo de gente que aplaude cuando aterriza alguna nave, entre esas personas puede encontrar calor humano. El centro, de noche, se vuelve un punto excelente para encontrar compañía; acuda a bares, tabernas, prostíbulos y demás sitios de esparcimiento. Si es mujer, haga lo mismo.

Póngase un alias local. Para que no tenga que escuchar su nombre mal pronunciado una y otra vez, escoja un sobrenombre que lo libre de tener que estar corrigiendo. Sea creativo pero investigue, recuerde que alias como Rasguño, Jabón, Peterete, Guadaña o por el estilo, le pueden traer problemas. Intente con unos comunes y fáciles de pronunciar (igual que al nombrar un perro, con dos sílabas): Chucho, Gringo, Mono, Guillo, Nano, Flaco, Cuco…

No se broncee. Se salva si nació bronceado (guiño). Si la idea es el camuflaje, no muestre su sus manos coloradas y sus piernas brillantes, tápese. El sol de acá es violento, acá todo es más violento. Recuerde usar el bloqueador solar. Y también el paraguas.

Aplicando los anteriores consejos no va a obtener la ciudadanía colombiana (ni mucho menos), pero va a encajar, de alguna manera, mejor. ¡No se limite! Usted llega a un país de diversión ilimitada para extranjeros y con la suficiente maña puede salir bien librado. Es posible que también se queden cortos, pero los anteriores tips van a ayudar a que los extranjeros que visiten a Colombia sepan qué hacer en algunas situaciones cotidianas. No olvide vacunarse antes de viajar, procure que las maletas sean con poco peso, sin doble fondo y con dos o tres candados, compre baratijas electrónicas para obsequiar y alístese a llegar a Colombia, acá lo esperamos con las manos abiertas.

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El Sujeto

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Hace más de veinte años nací, vengo creciendo, lucho por reproducirme y todavía no he sabido que me haya muerto.